Soy Rosa Carol, modista desde los veinte años y, desde hace más de 25, profesora de Técnica Alexander (método de reeducación psicofísico). Fruto de esas dos pasiones surge el proyecto Haramakimeu, con un único objetivo: aportar bienestar a las personas.
Durante muchos años trabajé confeccionando vestuario para espectáculos, desde compañías de danza hasta los vestidos de los gigantes de mi barrio. Coser está en mi ADN, porque me conecta de forma directa con esa capacidad de crear a través de las manos que me apasiona.
¡Hola! Me llamo Laia Muñoz. Soy una entusiasta de todas las técnicas de craft téxtil. Siempre tengo proyectos en mi mesa de costura esperando a que les dé una puntada, un bordado, un amiguri, una colcha de patchwork…
Soy una apasionada de la moda y desde hace 25 años trabajo como estilista de televisión y espectáculo. He pasado más tiempo de mi vida en un plató que en el sofá viendo la tele. En 2019 me incorporé al proyecto Haramakimeu para administrar la comunicación y las plataformas en internet, intentando dar un enfoque actual y llegar a más público.
¡Te presentamos Haramakimeu!
Nuestra versión de la faja de mil puntadas procedente de la tradición japonesa.
Hace más de diez años, el destino hizo que conociera una prenda llamada Haramaki y que pudiese disfrutar de sus múltiples beneficios desde la primera vez que lo usé. Sin duda, debía darlo a conocer y compartir sus propiedades geniales.
El sueño de hacer accesible ese bienestar que sentí a todo el mundo se convirtió en realidad. Nació Haramakimeu.
¡Te presentamos Haramakimeu!
Nuestra versión de la faja de mil puntadas procedente de la tradición japonesa.
Hace más de diez años, el destino hizo que conociera una prenda llamada Haramaki y que pudiese disfrutar de sus múltiples beneficios desde la primera vez que lo usé. Sin duda, debía darlo a conocer y compartir sus propiedades geniales.
El sueño de hacer accesible ese bienestar que sentí a todo el mundo se convirtió en realidad. Nació Haramakimeu.
Te cuento…
El coser siempre fue mi profesión, hasta que unos años antes de cumplir los treinta, descubrí la técnica Alexander y me fascinó el poder de transformación que tenía sobre las personas. Tan grande fue mi fascinación, que en 1990 fui a Londres para formarme como profesora, y desde 1994 imparto clases de esa disciplina.
Mientras avanzaba con mi pasión por la técnica Alexander, trabajé en una oficina. En invierno, mi compañera y yo, pasábamos tanto tiempo sentadas quietas que nos helábamos de frío pese a la calefacción. La solución, entre risas, fue enrollarnos las bufandas alrededor de los riñones. Qué instinto, ¿verdad? Abrigar esa zona de nuestro cuerpo nos hacía sentirnos protegidas y calentitas.
Unas semanas más tarde, la profesora de Tai-chi de la madre de mi compañera trajo de Japón un haramaki. Destino o casualidad, ¿tú qué crees?
Después de todo lo vivido en los últimos diez años, siento realmente que fue el destino.
Ese haramaki se convirtió en la solución a nuestro problema con el frío, y además nos descubrió otros muchos beneficios inesperados. Pero sobretodo, coser haramakis y compartir con vosotras esa parte de mi destino ha pasado a ser otra de mis pasiones en la vida.
Te cuento…
El coser siempre fue mi profesión, hasta que unos años antes de cumplir los treinta, descubrí la técnica Alexander y me fascinó el poder de transformación que tenía sobre las personas. Tan grande fue mi fascinación, que en 1990 fui a Londres para formarme como profesora, y desde 1994 imparto clases de esa disciplina.
Mientras avanzaba con mi pasión por la técnica Alexander, trabajé en una oficina. En invierno, mi compañera y yo, pasábamos tanto tiempo sentadas quietas que nos helábamos de frío pese a la calefacción. La solución, entre risas, fue enrollarnos las bufandas alrededor de los riñones. Qué instinto, ¿verdad? Abrigar esa zona de nuestro cuerpo nos hacía sentirnos protegidas y calentitas.
Unas semanas más tarde, la profesora de Tai-chi de la madre de mi compañera trajo de Japón un haramaki. Destino o casualidad, ¿tú qué crees?
Después de todo lo vivido en los últimos diez años, siento realmente que fue el destino.
Ese haramaki se convirtió en la solución a nuestro problema con el frío, y además nos descubrió otros muchos beneficios inesperados. Pero sobretodo, coser haramakis y compartir con vosotras esa parte de mi destino ha pasado a ser otra de mis pasiones en la vida.
Nuestra versión del haramaki ofrece calidez, confort y bienestar
y da un toque de color a cualquier outfit
¡Me entusiasmó tanto!
Fué tan grande el descubrimiento de esa prenda, que me puse a investigar todo sobre ella: su tradición, sus usos, sus beneficios,… Todo lo que había detrás del haramaki me interesaba, ya que conectaba con esa consciencia de nuestro cuerpo que encierra la Técnica Alexander. Esta prenda japonesa te conecta con tu core, tu centro de energía. Eso me fascina. A parte de los demás beneficios que aporta para nuestro equilibrio y nuestra salud. El deseo de hacer llegar esta prenda a otras personas y crear una adaptación occidental del haramaki no tardó en hacerse realidad.
El proyecto se gestó durante aproximadamente dos años y una mañana de Octubre de 2011, paseando por la orilla del mar, la fresca brisa me recordó que ya no era verano, y que me sentía perfecta vistiendo mi propia versión del haramaki. En ese momento, ví con claridad que Haramakimeu estaba preparado para ver la luz.
Haramakimeu combina con todo. Nuestra versión del haramaki ofrece calidez, confort y bienestar, y da un toque de color a cualquier outfit.
Nacida en Barcelona, formada en Londres y con residencia en Cardedeu.
Tengo dos hijas, Janis y Laia, que comparten el proyecto Haramakimeu conmigo.
Mi pasión por la costura nació de la casualidad y la necesidad. En el grupo de teatro de calle en el que estaba de adolescente necesitábamos vestuario y complementos. Sin pensarlo me ofrecí, descubriendo así una de mis habilidades.
Nacida en Barcelona, formada en Londres y con residencia en Cardedeu.
Tengo dos hijas, Janis y Laia, que comparten el proyecto Haramakimeu conmigo.
Mi pasión por la costura nació de la casualidad y la necesidad. En el grupo de teatro de calle en el que estaba de adolescente necesitábamos vestuario y complementos. Sin pensarlo me ofrecí, descubriendo así una de mis habilidades.
No me considero una persona metódica ni rápida, y puede que como buena Libra le dé muchas vueltas a las cosas, pero mi tenacidad, paciencia y coherencia me han llevado a tener una vida que me gusta, muy a mi medida.
Me apasiona crear y transformar con mis manos, por eso la jardinería y la decoración son uno de mis hobbies.
Paso gran parte de mi tiempo libre en el jardín de mi casa. Allí parece que no pasen las horas. Os sorprendería ver cómo ha cambiado desde que empezamos a vivir en ella. Me hace sentir muy orgullosa.
Me encantaría aprender carpintería. Es algo que tengo pendiente y que sé que algún día podré hacer.
No me considero una persona metódica ni rápida, y puede que como buena Libra le dé muchas vueltas a las cosas, pero mi tenacidad, paciencia y coherencia me han llevado a tener una vida que me gusta, muy a mi medida.
Me apasiona crear y transformar con mis manos, por eso la jardinería y la decoración son uno de mis hobbies.
Paso gran parte de mi tiempo libre en el jardín de mi casa. Allí parece que no pasen las horas. Os sorprendería ver cómo ha cambiado desde que empezamos a vivir en ella. Me hace sentir muy orgullosa.
Me encantaría aprender carpintería. Es algo que tengo pendiente y que sé que algún día podré hacer.
Durante 20 años, mi día a día ha sido rodeada de moda y cámaras, pendiente de las tendencias en boga, con prisas y corre-corre.
Como la mayoría, me siento muy atraída por las redes sociales, sus novedades y sus repercusiones.
La sostenibilidad y la responsabilidad por el planeta también han cambiado mi visión de la moda. Menos es más. Las tres R: Reduce, Reusa, Recicla, han pasado a ser mi forma de vivir y de trabajar.
Durante 20 años, mi día a día ha sido rodeada de moda y cámaras, pendiente de las tendencias en boga, con prisas y corre-corre.
Como la mayoría, me siento muy atraída por las redes sociales, sus novedades y sus repercusiones.
La sostenibilidad y la responsabilidad por el planeta también han cambiado mi visión de la moda. Menos es más. Las tres R: Reduce, Reusa, Recicla, han pasado a ser mi forma de vivir y de trabajar.
Siempre me ha parecido fascinante el camino de emprender. He vivido de muy cerca los diez años de Haramakimeu junto a mi madre. La filosofía y cariño que hay detrás siempre me ha encandilado; así que, una vez dentro, no he podido evitar aportar mis conocimientos en tendencias de moda, a parte de encargarme de la comunicación.
Tras vivir muchos años en el mundo de la moda y el consumo rápido, me encanta por fin estar en un proyecto que sea sostenible y responsable. Necesario, sin dejar de ser moda. Pero, sobretodo, me uno al proyecto para compartir este camino con mi madre. Como siempre dice ella: hemos hecho muchos años de terapia para poder llegar aquí.
Siempre me ha parecido fascinante el camino de emprender. He vivido de muy cerca los diez años de Haramakimeu junto a mi madre. La filosofía y cariño que hay detrás siempre me ha encandilado; así que, una vez dentro, no he podido evitar aportar mis conocimientos en tendencias de moda, a parte de encargarme de la comunicación.
Tras vivir muchos años en el mundo de la moda y el consumo rápido, me encanta por fin estar en un proyecto que sea sostenible y responsable. Necesario, sin dejar de ser moda. Pero, sobretodo, me uno al proyecto para compartir este camino con mi madre. Como siempre dice ella: hemos hecho muchos años de terapia para poder llegar aquí.
Siempre me ha parecido fascinante el camino de emprender. He vivido de muy cerca los diez años de Haramakimeu junto a mi madre. La filosofía y cariño que hay detrás siempre me ha encandilado; así que, una vez dentro, no he podido evitar aportar mis conocimientos en tendencias de moda, a parte de encargarme de la comunicación.
Tras vivir muchos años en el mundo de la moda y el consumo rápido, me encanta por fin estar en un proyecto que sea sostenible y responsable. Necesario, sin dejar de ser moda. Pero, sobretodo, me uno al proyecto para compartir este camino con mi madre. Como siempre dice ella: hemos hecho muchos años de terapia para poder llegar aquí.
Creemos firmemente que, aparte de una prenda súper beneficiosa para todo tipo de personas, el haramaki puede llegar a ser una pieza de tendencia, un complemento para reforzar tu estilo, un “must have” para todas las temporadas. Ya sabes, un fondo de armario que complementa tu outfit aportando bienestar.
